sábado, 25 de julio de 2015

De un bastón


Con palabras entrecortadas solo puedo decir que, a pesar del ocaso del radiante sol y de la despedida de la tímida luna, los recuerdos todavía están bajo llave con un gran candado y siempre permanecerán. He de admitir que echo de menos sentir su rugoso brazo cuando, con fuerza, se agarraba al mío al caminar para sentirse más segura, sin embargo ella lo echó en falta en su día. Una despedida final es el sello de esas cartas de diario comenzadas por un saludo, en el momento que los hasta mañana se convierten en un hasta nunca. 
Car

No hay comentarios:

Publicar un comentario